Su estado emocional en el momento presente es un fiel reflejo de su salud. En PNL( Programación Neuro Lingüística), un estado: la suma de sus pensamientos, sensaciones, emociones y de la energía física y mental. Abarca tanto cuerpo como mente, es decir, tanto la situación mental como la fisiológica. Algunos estados son intensos y evidentes (por ejemplo, la cólera, el amor, el aburrimiento, los celos y la alegría). Todos notamos los altibajos, las crestas y los valles de nuestra vida emocional. Quizás ni siquiera tengamos un nombre para el estado en el que nos hallamos, pero ese estado aportará una manera característica de pensar, de sentir, y un peculiar tono emocional. Los estados son el medio ambiente interno y podemos habituarnos a ellos al igual que lo hacemos a un medio externo: al cabo de un rato, simplemente, dejamos de notarlo. Así, existe el peligro de que nos habituemos a un estado de debilidad crónica que haga mella en nuestra salud y en nuestro bienestar.
Existen abundantes pruebas de que un estado crónico de hostilidad e impaciencia está asociado a un mayor riesgo de ataques cardiacos y de oclusiones de arterias coronarias. La depresión crónica grave se ha relacionado con un aumento de riesgo de cáncer, mientras que otros estudios demostraban que la depresión era un mejor síntoma-pronóstico de problemas cardiacos que la gravedad de la lesión arterial, el nivel de colesterol elevado o el consumo de cigarrillos.
Muchos informes han demostrado que la depresión reduce la respuesta inmunológica. Los estados negativos prolongados son malos para la salud. Y lo contrario también se cumple: los estados positivos son buenos para la salud. Con ellos nos sentimos bien y por eso los buscamos, por lo cual no es de sorprender que la medicina considere científicamente respetable el hecho de sentirse bien. Por ejemplo, un estudio mostraba como un grupo de personas que había visto el video de un comediante, reforzaba su sistema inmunitario, medido por el nivel de anticuerpos en la saliva. Estos anticuerpos contribuyen a la defensa frente a infecciones como el resfriado común. El refuerzo inmunitario duró una hora. Los participantes en el estudio, que declararon utilizar a menudo el humor como medio de hacer frente al estrés, presentaban niveles de referencia de estos anticuerpos protectores sensiblemente superiores. La risa cura.
No es de sorprender que un profundo estado negativo como la depresión afecte al sistema inmunitario. Lo interesante es que las emociones pueden influir en el organismo incluso cuando son simuladas. Paul Exman, psicólogo de la Universidad de California en San Francisco, ha realizado diversos estudios de expresiones faciales y se ha especializado en las que una persona emplea cuando miente. En un estudio, pidió a algunos actores que imitaran las expresiones faciales de disgusto. cólera y miedo, o que reviviesen mentalmente una experiencia de tales sentimientos. Ekman midió las pulsaciones y la temperatura cutánea y, con estas mediciones, pudo identificar qué emoción negativa en particular estaba simulando el actor. Fingir cólera y revivir mentalmente una experiencia de tal emoción tenía unos efectos psicológicos directos sobre el cuerpo a través del sistema nervioso autónomo.
Un estado negativo crónico es como caminar "por el borde de un precipicio", es mucho más fácil perder el equilibrio. Una ráfaga de viento, que no sería problemática si estuviéramos bien afianzados en el suelo, puede hacernos caer al vacío.
Estar enfermo significa un cambio de estado inconfundible, aunque muchos de los síntomas desagradables de una enfermedad - toses, inflamación, fiebre, mareos, dolores articulares- son causados en realidad por el cuerpo que intenta curarse. A menudo, estos síntomas son necesarios para recuperar el equilibrio.
(Hacia un cambio positivo staff).